viernes, 28 de febrero de 2014

RUMBO AL PARAÍSO, 2ª PARTE: ISLAS DEL MAR DE ANDAMÁN


Con una doble despedida nos marchamos de Koh Samui. Decíamos adiós a Jon que, lamentablemente, volvía a Donosti, y también a la isla que menos nos gustó.

Nuestro siguiente destino era Krabi, después del barco una furgoneta nos dejó en el centro de la ciudad. Nos acercó hasta algunos hostels pero estaban completos, así que tuvimos que buscar y comparar precios hasta que decidimos quedarnos en un Guest House llamado Mister Clean, jajajajaja! Si sí, limpio estaba y nos cobraron 300baths/noche (7,5€).

El tiempo no acompañó, por lo que decidimos descansar e ir preparando el viaje por las islas; en total pasamos cinco días en Krabi.

 
Una mañana que no llovía mucho, alquilamos una moto y visitamos el “Tiger Temple”. Nos lo recomendaron los locales y todos nos advertían que había que subir muchas escaleras.

 
Efectivamente, este templo se encuentra en lo alto de una colina y para acceder a él hay que subir más de mil escaleras!!!! Allí fuimos y, claro está, las subimos pero el calor y la terrible humedad hicieron que la ascensión fuese aún más dura. Sin duda mereció la pena ya que las vistas son preciosas.

 
 
Cuando nos disponíamos a bajar una señora de más de ochenta años subía la última escalera. Jon se dirigió hacia ella con los brazos abiertos y se abrazaron, fue un momento precioso y especial. Aquella mujer ni sudaba ni mostraba cara de sofocada, simplemente sonreía y por eso Jon fue directo hacia ella, para darle la enhorabuena por su coraje.

Después de la visita fuimos a la famosa playa de Aonang, un lugar muy turístico repleto de extranjeros en las terrazas y hoteles. Parecía Salou o Benidorm, así que, nos dimos un baño y enseguida huimos de la muchedumbre.
 
La zona está plagada de restaurantes y bares pero decidimos alejarnos un poco y paramos a comer en un chiringuito callejero. Nos atendió una simpática y sonriente mujer con velo y comimos un riquísimo arroz con pollo y vegetales por 1€.

Tocaba dejar atrás Krabi para ir a la conocida isla Koh Phi Phi. (Billete de barco 7€aprox/por persona).

El archipiélago de Phi Phi lo forman cuatro islas que se encuentran en el mar de Andamán. Koh Phi Phi Don es la más grande, donde están los hoteles y donde paran los ferrrys; Koh Phi Phi Lee, Koh Pai (Bamboo Island), Koh Yung (Mosquito Island).

 
El barco iba lleno de turistas y, al llegar a la isla, pudimos ver como otros muchos se marchaban. Enseguida nos dimos cuenta de que esta isla esta sobrexplotada y muy masificada.

 
Como viene siendo habitual en nosotros, no teníamos nada reservado a pesar de que nos advirtieron que era una de las islas más caras, confiábamos en encontrar insitu algo más económico pero fue complicado.

Finalmente nos alojamos en The Rock Backpackers, 15€ por habitación doble con baño compartido, nunca habíamos pagado tanto en Tailandia por dormir pero fue, en cuanto a calidad/precio, lo mejor que encontramos.

Como os decíamos, desde que pusimos un pie en la isla alucinamos con la cantidad de turistas y locales comerciales que había; ¿Isla paradisiaca repleta de gente? Pues sí.

¿Y qué se puede hacer en la isla? Tour en barco, submarinismo, alquilar un barco privado…

Decidimos contratar en una de las muchas agencias turísticas una excursión en barco de todo el día, incluía desayuno, comida y kit buceo. (12€/pax)

Nuestro grupo lo formamos unas dieciséis personas, montados en un barco de madera  típico isleño (long-tail boat).
 
Sin duda mereció la pena y nos quedamos maravillados con las islas de alrededor.
 
La más concurrida era la Maya Bay, donde se rodó la película The Beach (La Playa) protagonizada por Leonardo Di Caprio.

 
Por las noches la oferta de fiesta y alcohol es exageradamente “guiri”. Minifaldas y escotes para ellas y todo el mundo a bailar. Desde la habitación que tampoco estaba tan cerca de la playa, la música retumbaba a todo volumen.

Una visita obligada en esta isla es subir a los view points (miradores), hay tres y están bien indicados.

 
Desde lo alto cuesta imaginar que en esa isla tan pequeña pueda haber tanta gente. Pensamos que ciertamente hace unos diez años sería muy diferente.


Aquella noche después de cenar decidimos acercarnos a la “fiesta” de la playa; unos cinco bares que montan escenarios y compiten por ofrecer el mayor espectáculo de fuego y malabares a los clientes. Ambiente similar al que vivimos en la famosa fiesta de la Full Moon Party en la isla de Koh Phangan.

Conclusión de nuestra estancia: recomendable por sus paisajes e islas, pero desde luego no es un lugar relajante, salvo que tires de cartera y pagues un buen resort apartado y contrates algún barco privado. Nuestra estancia fue de tres noches y creemos que fue más que suficiente.

 
 
La siguiente isla era Koh Lanta y fue todo un cambio. Si buscas paz y relax esta sí es tu isla, tiene 30 kms de largo y 6km de ancho.

 
Alojamiento, alquiler de moto y comida muy económico.

 
Pasamos una semana muy tranquilos y aquí observamos una influencia musulmana mucho más fuerte entre sus habitantes. Gente más amable y muchos menos turistas.

 
 

¿Dónde vamos ahora? Estudiamos la opción de ir a Koh Lipe pero era realmente caro el barco hasta allí. Salir de la isla de forma económica parecía difícil, así que optamos por ir en bus hasta Pak Bara y desde allí cogeríamos el barco hasta Koh Lipe.

Hicimos una noche en Pak Bara y hacía mal tiempo. Miramos la previsión y daban malo para toda la semana.

¿Merecería la pena ir a Koh Lipe?

El caso es que algo ocurrió que hizo que nos fuera IMPOSIBLE ir y tuviéramos que salir a primera hora de la mañana siguiente hacia Malasia.

¿Qué pudo ocurrir?

Os lo contaremos en el siguiente post.

Gracias por leernos,
HASTA PRONTO

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