domingo, 15 de septiembre de 2013

CHIANG MAI Y ALREDEDORES, 1ª PARTE


En el último post nos despedimos en Kanchanaburi, desde donde emprendimos un nuevo trayecto destino Chiang Mai.

Tuvimos que coger una Van (furgo mini-bus) hasta Bangkok, teóricamente, y mirando el reloj, llegábamos a tiempo a la estación de Mo Chid para escoger alguno de los autobuses de los que ofertan las distintas compañías.

Sin embargo, un trayecto que era de 1h30min lo realizamos en 3h debido al tráfico; de repente nos vimos inmersos en medio del tráfico caótico que se genera sobre esas horas en la entrada de Bangkok; los últimos tramos resultaron ser algo convulsos por las innumerables maniobras y volantazos para cambiar de carril, con frenazos y acelerones propios de un rallye, con los que nos obsequió nuestro chófer suicida.

Sólo nos abrochamos el cinturón en aquel tramo, pero, quién sabe, si no hubiera sido por él, quizás no hubiésemos podido viajar a Chiang Mai hasta el día siguiente.

A Chiang Mai, la segunda ciudad más grande y poblada de Tailandia por detrás de Bangkok, podíamos llegar de varias formas. En avión, puedes buscar vuelos low cost con Bangkok Airlines o Air Asia; en tren, pudiendo elegir cabina con litera; o en autobús, en sus distintas modalidades con sus correspondientes tarifas.

Nosotros optamos por el autobús en horario nocturno, evitando así el alojamiento de esa noche. Finalmente, decidimos invertir 20 euros cada uno para hacer noche en aquel autobús VIP que partía en 20 minutos, casi tumbados en unas cómodas butacas reclinables que incluso te podían proporcionar un masaje bastante decente pulsando un botoncito, con pantallas incorporadas para ver alguna película en V.O.

 

Eran las 7,15 a.m. del día siguiente y ya habíamos llegado a la ciudad. Cogimos, previa negociación, un tuk-tuk que nos introdujo en la parte vieja de la ciudad (Mang Kao), zona rodeada por un largo canal de agua en forma rectangular y con distintos puentes para entrar o salir de ella.

Tras buscar y rebuscar en distintas y coquetas Guest House, encontramos el que ha sido nuestro alojamiento durante una semana, por unos 6 euros la noche.

Alquilamos unas bicis y durante todo el día pedaleamos las calles de esta ciudad que nos encantó desde el primer día.
 

 
Al día siguiente alquilamos una moto y subimos a lo alto de la montaña Doi Suthep para ver su templo.

Hicimos una parada a mitad de camino; había un mirador con unas vistas muy chulas y, allí, conocimos a un artista que dibujaba retratos. Charlamos con él un rato de los pintores y artistas españoles que conocía. Sabía más que nosotros, por supuesto.
 

 
Al llegar al final del camino, había que subir unas largas escaleras empinadas y además había un montón de turistas por lo que nos llevamos un poco de chasco, estaba muy masificado; es una visita casi obligada para todo turista que para en Chiang Mai.

 
 
Por la tarde noche nos acercamos al Night Bazar Market y recorrimos sus calles llenas de puestecillos con miles de cosas para comprar. Si tuviésemos fecha de vuelta y más sitio en la maleta, quizás podríamos comprar algunos recuerdos pero de momento imposible.

Aun así compramos un par de pantalones cortos y entramos en el juego del regateo…. Good Price for me, cheaper!!! Good for me and good for you J

De vuelta a la Old Town, encontramos un pequeño resturante local para comer y resulto ser un sitio al que volveríamos porque nos encantó. Tenía un pequeño comedor de madera en su interior, con algunos cuadros, y también algunas mesas fuera. El dueño era encantador, nos enseñó alguna palabra en tailandés y nos recomendó varios sitios para visitar. Fue un descubrimiento bueno, barato y Aroy Dee (el nombre del restaurante, que significa delicioso en thai).

Seguíamos con la moto y al día siguiente fuimos al pequeño pueblo de Doi Saket, que al igual que Doi Suthep tenía un templo en lo alto de una colina. Esta vez nos sorprendió no ver a ni un solo turista. El templo estaba completamente vació excepto, claro está, por los monjes que viven en él. Conocimos a uno de ellos, se llamaba Dang. Apenas hablaba inglés pero nos enseñó el templo, hicimos algunas fotos y nos hizo pasar a una salita de estar para ofrecernos agua fresca pues hacía un calor infernal.

 
Fue muy especial visitar este templo, prácticamente solos y compartiéndolo con este simpático monje que incluso llego a darnos su e-mail. Le hubiéramos preguntado muchísimas cosas pero realmente no podíamos comunicarnos más con él que por señas y sobre cosas súper básicas.

Cuando nos marchamos nos regaló unos abanicos de bambú y nos despidió con una sonrisa en la boca, fue especial.
 

 
El camino hasta Doi Saket desde Chiang Mai era digno de ver pero es que después, rumbo a Bo Sang, nos impacto aún más el paisaje y los verdes campos.

Investigamos con la moto y nos metimos por unos caminos rurales en los que los locales nos miraban siempre sonrientes pensando que narices harán estos dos turistas por aquí.

Paramos a comer en un bar-restaurante local, estábamos hambrientos y nos daba un poco igual que comer. En muchos sitios no tienen carta ni menú y solamente cocinan un plato como sopa con noddles y pollo, por ejemplo, y normalmente está muy rico.

Hemos pensado que merecía la pena que vierais la foto del plato de aquel día ya que no tiene desperdicio. Eran noodles tipo macarrones con trozos de hígados e intestino.
 

 
Jon se atrevió y se comió todo el plato; sí sí, y Shandra no tuvo valor y, a pesar del hambre, solamente se comió los noodles y la sopa.

Llegamos a Bo Sang – Umbrellas Village; es un pueblo pequeñito famoso por la fabricación de paraguas y sombrillas estilo oriental.
 


 
 
Encontramos el taller donde las confeccionan. Había como cinco señoras y cada una se ocupaba de una parte del proceso de fabricación, encolar la tela, grapar las varillas, dibujar los estampados…

Merece la pena ir y visitar el pueblito, nos encantó.

En total hemos estado una semana en Chiang Mai con visitas a pueblos, trekking y elefantes incluidos, y demás aventurillas.

Seguiremos contándooslas en el siguiente post.

Solo deciros que estamos encantados, muy muy contentos de estar aquí y poder vivir estas experiencias.

Descubrir esta cultura está siendo apasionante y muy gratificante.

Sabemos que estáis ahí, al otro lado, y eso nos motiva aún más para seguir dedicándole tiempo a escribir este blog.

HASTA PRONTO…

No hay comentarios:

Publicar un comentario